Hasta hace poco tiempo me preguntaba cual era la intención del gobierno nicaragüense en la isla Calero, al leer los diarios de este país me enteré del proyecto Brito y del canal interoceánico, este último aparentemente se escapa de las posibilidades económicas de Nicaragua, aunado a que su rentabilidad sería baja o nula para competir con el canal de Panamá. Con respecto a Brito lo he estudiado y consultado los artículos relacionados, así me enteré del enorme impacto ambiental que tendría a ambos lados de la frontera, lo cual lo hace inviable, aparte de la enorme oposición política más que evidente que existe.
También, me enteré de la tremenda dificultad que tiene este país para generar energía eléctrica de fuentes baratas y amigables ambientalmente hablando. De esto concluyo que la “invasión” en isla Calero es una simple prueba para determinar la capacidad y magnitud de la reacción político-ambiental tanto interna como externa a lo que sería un proyecto de tal magnitud. Ahora bien, el INE tiene presupuestados 13 proyectos hidroeléctricos de más de 30 MW de potencia, siendo Tumarin y Copalar en la cuenca de R. Grande de 425 MW y 281MW los más grandes respectivamente. El proyecto Brito (Río San Juan) es tercero con 260 MW y el cuarto el proyecto Pintada (Río Coco, frontera con Honduras) de 203 MW, estos últimos representan casi un 40% del potencial hidroeléctrico de Nicaragua y en ambos existe una inviabilidad política, ambiental y en parte económica. Con lo cual les quedaría 700 MW para desarrollar, que es precisamente el consumo actual. Es decir, que desde el punto de vista hidroeléctrico no podrían crecer más. Además, hay que sumar la fuerte oposición interna para desarrollar el proyecto Tumarin por el tremendo impacto ambiental en la cuenca del río Grande de Matagalpa.
Ahora bien, el potencial de energía geotérmica nicaragüense es de 1000 a 1200 MW distribuidos en nueve posibles proyectos en sus principales volcanes. Claro que con un costo mucho mayor que el hidroeléctrico. Y supongo que también con dificultades “ambientales”.
Así que, viendo este panorama creo que existe una enorme oportunidad para ayudar a Nicaragua, ayudarnos nosotros y hacer negocio. La idea es desarrollar nosotros a muy corto plazo los proyectos Diquís y Reventazón de 650 y 300 MW respectivamente y venderle la energía a Nicaragua. Evidentemente debemos asegurarnos ambos países de que en efecto ello implique el menor daño ambiental posible, ya que la naturaleza es una, y en esto nos debe guiar la sensatez y la realidad de los hechos. Si se preguntan cómo nos aseguramos de que nos paguen, en términos generales la solución es como una forma de “concesión”, dado que ellos pondrían el dinero para la inversión y se lo cobrarían ellos mismos.
Desde el punto de vista político, para ambos gobiernos llegar a una solución de este tipo sería un hito histórico y daría inicio a una nueva etapa de desarrollo conjunto.
Pensado por Raúl para este blog.
2 comentarios:
Y CLARO COMO VAN A PAGAR LOS NICAS, SOS BRUTO VOS? NO VE Q YA NOS DEBEN UN PICHAZO Y NADA? ORTEGA Q SE VAYA PA LA MIERDA Y SE META EL RIO DONDE LE QUEPA!
No soy bruto señor, simplemente estoy externando una opinión, Nicaragua como país puede organizarse y hacer las cosas que se proponen en el articulo cuando ellos deseen siempre y cuando abandonen la mentalidad que tienen que no dista mucho de la nuestra.
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