En días en que nuevamente los partidos políticos tanto tradicionales como minoritarios de este país nos vuelven a invadir con sus promesas utópicas de cambio y mejora en la economía y en la calidad de vida en general, pienso que nunca está de sobra mencionar un tema que es de sumo interés público dado a que, y sin temor a equivocarme, todos en este país hemos sido víctimas directamente o por lo menos algún ser cercano se ha visto envuelto: La inseguridad.
Casos en los últimos días se han visto mucho y más bien parecieran ser pan de todos los días, muertos por asaltos, robos, balaceras, narcotráfico, enfrentamientos de pandillas, y un sinfín de manifestaciones del crimen organizado pareciera que en algún momento y al ritmo creciente en que se presentan, podrían llegar a ser parte de nuestra idiosincrasia y nuestra cultura.
Es solo cuestión de prestar atención a la nueva moda en el diseño de casas y locales, la alambrada y los portones altos parecen ser el estilo preferente de hoy en día, los hogares están más cerca de convertirse en autenticas fortalezas, con todo tipo de alarmas, perros de cuido y vigilancia las 24 horas del día.
Por otro lado, la gente pareciera caminar con miedo, ¿y quién no lo haría? Si en esta noble patria los estudiantes mueren con sus libros en los brazos, o las mujeres embarazadas son asesinadas doblemente al morir también sus bebés. Irónicamente lo único decente que queda en este país, sería el profundo respeto hacia los derechos de los malhechores, es impensable que un asesino pase más de un día encarcelado o un ladrón sea detenido por más de unas horas, ¡Pobres! Seguro morirían de frio o les daría hambre, mejor hagamos respetar su derecho a delinquir y dejémoslos libres para que continúen su abnegada faena sin ser molestados.
Mientras la legislatura de Costa Rica continúe siendo tan flexible y tan tolerante hacia el crimen, este continuara proliferando hasta llegar (Dios no lo permita) al extremo de países como El Salvador o Guatemala en donde ni siquiera el mismo ejercito puede controlar a las “maras” y el estado es incapaz de brindarle a la ciudadanía el derecho a la seguridad y tan siquiera de caminar sin miedo por una calle o avenida.
Aunque las comparaciones me resultan desagradables, nunca está de más el realizar un poco de crítica constructiva y ver los claros ejemplos en donde una mano dura ante el crimen rinde jugosos resultados. En Singapur, si una persona es sorprendida botando basura, escupiendo en la calle o escupiendo un chicle, será multada, procesada y encarcelada por el grave delito que eso implica, si una persona es sorprendida consumiendo cigarrillos, heroína, cocaína o marihuana, se le impondrá pena de muerte sin derecho a objetar y no importara si esta persona es la hija del propio presidente o cualquier otro individuo importante.
Aunque de primera impresión parezca una política del miedo, este país es un vivo ejemplo de cómo una legislatura firme ante el crimen y una manera de pensar distinta de sus integrantes produce grandes resultados, Singapur en poco menos de 30 años paso de ser un país más pobre que Nicaragua, a una de las naciones de más peso en Asia y de las mas prosperas del mundo.
Como ya antes lo mencione, en vez de hacer caso a los “campos políticos pagados” sería buena idea el sentarse a pensar un poco cual es la mejor opción para el país y que satisfaga todas sus necesidades, pienso que resulta tonto el dejarse llevar por la publicidad cara (PLN), la demagoga (PAC) la desvergonzada (PUSC) y la ofensiva –chocante (Movimiento Libertario – Otto Guevara), lo mejor en este caso es analizar lo que más conviene tanto para el bien individual como para la colectividad general, muchas veces las grandes cosas vienen en embaces pequeños, y sobretodo debemos tener muy presentes que el cambio está en nosotros mismos.
“Pensar diferente es el primer paso para actuar distinto”.