Una característica de nuestro estado costarricense, es que nos presentamos ante el mundo como un país con una religión oficial como lo es la católica, desde hace ya muchísimo tiempo se educa a la gente con una fuerte tendencia hacia los valores de, ética, reglas y demás cosas que impone una doctrina de este tipo. Si bien esto tiene su parte positiva al incentivar valores éticos y morales en las personas, a criterio muy personal, la religión debería de ser suprimida total y absolutamente no solo de nuestra constitución política, como ya lo vienen anunciando los noticieros, sino también de nuestro sistema de enseñanza primario y secundario dado a que resulta demagógico e hipócrita profesar la tolerancia ideológica e imparcialidad en Costa Rica, si a su vez se da como oficial una corriente de la cual no todos son participes.
Aunque profesen pensamientos altruistas y actitudes generosas, las religiones (cualesquiera) son instituciones creadas por el ser humano y por lo tanto falibles, no es secreto de nadie que a lo largo de la historia del ser humano incontables vidas han sido sacrificadas por la intolerancia religiosa, y que tal vez e irónicamente, por lo único que hayan luchado es por los intereses políticos y económicos de otras personas (pero eso es un tema aparte). Todo esto nos prueba lo peligroso que resulta instruir a presentes y futuras generaciones en valores parciales e intolerantes como los son los religiosos, lo digo de esta manera, por el hecho de que han sido muy escazas las ocasiones en que la creencia respetuosa y tolerante no se degenere en fanatismo y absoluto rechazo por otras ideologías muchas veces motivados por la religión misma.
La educación y formación integral de las personas debería estar a cargo de un sistema neutral de educación en el cual se estimule al participe a cuestionamiento critico de las cosas y darle libre opción de inclinarse por cualquier otra corriente una vez se haya alcanzado el nivel de madurez propio de la mayoría de edad en lugar de hundirlo en misticismos, supersticiones, intolerancia y fanatismo.
Para finalizar, no voy a ser tan hermético para no aceptar que la formación espiritual es parte primordial en el crecimiento tanto intelectual como integral de las personas, sin embargo, tampoco voy a ocultar el hecho de que actualmente este tipo de formación se está realizando de una manera totalmente errada al permitir que una sola ideología se entrometa en cuestiones que involucran a todo el país como la política y la educación, además aprovecho para aclarar que no soy ateo, ni filosofo, aunque como la gran mayoría de Latinoamérica fui educado en la doctrina católica, mi paso por la universidad me ha hecho toparme con profesores y amigos que me han incentivado a cuestionarme cualquier ámbito de la vida cotidiana y no aceptarlo simplemente como un dogma. (gracias al profe Ronald Barbosa físico teórico, profe Sandra Castro socióloga, profe Gabriel Gonzales abogado y cineasta, a Kevin mejor amigo de la U, a Noguko colega y amigazo de la U, a Aleja mejor amiga de la U, por compartir una parte de sus conocimientos con mi persona).